martes, 29 de noviembre de 2011

Abrazos que no sabes como pedir.

No somos máquinas y por eso nos equivocamos y también tenemos días tontos en los que se nos pone pachucha la sonrisa y sin saber porqué no tenemos ganas de sonreír. No somos máquinas y por eso a veces nos enfadamos sin saber porqué y gruñimos. Si aluna vez te gruño no te lo tomes a mal, porque si la tomo contigo será porque estás cerca de mí. Si te gruño alguna vez dame un abrazo, porque lo que me pasa seguramente es que necesito un abrazo y no se como pedirlo. Ahora, que lo he soltado todo, quiero darte las gracias, por estar siempre ahí, me paso la vida dándote las gracias y me callo muchas veces lo agradecida que estoy, pero no puedo hacer otra cosa. Estás siempre ahí, te has convertido en personaje de mis mejores momentos, porque siempre estás ahí e incluso la mayoría de las veces son culpa tuya. Te has ganado a pulso estar siempre en pensamiento y corazón. Y además se que muchas de estas frases te sonarán porque las he aprendido de ti. Por si fuera poco te has convertido en mi maestra. Gracias por todo lo que haces y lo que consigo cuando se que tú crees en mi. Pero sobretodo gracias por enseñarme que lo que hacemos lo hacemos por nosotras, porque necesitamos hacerlo y que lo imposible solo se llama así porque muchos se rinden antes de conseguirlo.

martes, 15 de noviembre de 2011

Para ti.

Echarte de menos y solo saber cantar. Querer abrazarte cuando más lejos estás. Verte en las estrellas y sentirte a mi lado. Saber que eres la reina de parajes encantados. Vivir contigo presente en el centro de mi mundo. Vivir por ti cada día, cantar porque siempre me lo pedías. Porque antes le cantaba al mundo y ahora le cantaba al cielo. Porque antes soñaba despierta y por ti quiero cumplir mis sueños. Echarte de menos cada segundo, cada minuto que te pienso. Pensarte constantemente y que sea incontable lo mucho que te quiero.

Porque aunque te piense, te cante y te escriba cada día, hacía mucho que no te dedicaba un rinconcito.


miércoles, 9 de noviembre de 2011

El rey de mi vida.

Se de una persona, que cuando lea esto se enfadará, pero que no se impaciente, porque su momento está aún preparándose, pero llegará.

Hoy, quiero hablar de uno de los reyes de mi vida. El rey de mi vida tiene el pelo castaño clarito y un flequillo de esos que llevan ahora todos los niños. El rey de mi vida tiene los ojos color praliné con una dulzura y una profundidad que no se pueden medir. El rey de mi vida, tiene la sonrisa más grande del mundo y llena los corazones de la gente cada vez que sonrie. El rey de mi vida es todo corazón. El rey de mi vida es alegría allá donde va. El rey de mi vida está ahí cuando estoy mal, aunque yo no quiera que esté, porque nunca, nunca me deja sola. El rey de mi vida está ahí desde siempre y es tal su grandeza que cuando no está físicamente está en pensamiento y corazón. El rey de mi vida es compañero de aventuras y dueño de todas mis historias. Alex y Pablete comenzaron a contarle sus cuentos a él. El rey de mi vida tiene trece años que se han pasado volando. El rey de mi vida es lo más grande que tengo. El rey de mi vida convierte lo malo en bueno y lo bueno en mejor. Al rey de mi vida decirle que no hay nada en el mundo para agradecerte todo y no hay universo donde quepa lo mucho que te quiero.

martes, 8 de noviembre de 2011

Ian el guapo

Hoy Alex y Pablete vuelven por segundo día consecutivo para traernos una lección. Ahí lo dejo.

Ian era el niño más guapo de su pueblo, tenía una cara sonrosada y los ojos profundos. Su pelo era rubio y muy liso, como el trigo. Ian sabía que era guapo y presumía siempre de su carita de ángel. Un día llegó una niña muy bonita al pueblo que se llamaba Carmencilla. Ian se acercó a ella y con un poco de prepotencia le dijo.

-Mi nombre es Ian, soy el más guapo del pueblo y como tu eres la niña más bonita serás mi novia.
-No- dijo Carmencilla y se fue.

Pasaron los días, las semanas e Ian cada día le decía lo mismo a Carmencilla. El no podía entender porqué Carmencilla no quería ser su novia, porque él era el más guapo del pueblo. Hasta que un día le preguntó.

-Ian- dijo Carmencilla - No es que no quiera ser tu novia porque tu seas feo, que no lo eres, lo único que pasa es que eres demasiado soberbio y además, a mi me gusta más Jaime.
-¿Cómo te va a gustar más Jaime si el tiene el pelo negro y rizado y los ojos oscuros y achinados. Además, ¿Qué es eso de la soberbia?
-La soberbia es pasarse todo todo el día diciendo que eres guapo, que eres esto y lo otro, como haces tú y si a mi me gusta Jaime es porque el no es como todos los niños si no que es atento y me cae muy bien.

Entonces, Ian aprendió que cada persona tiene un gusto y que no solo hay que ser guapo si no que también es muy importante ser buena persona y tratar bien a los demás

Se lo dedicamos a nuestra amiga Carmen, que sale en este cuento.

domingo, 6 de noviembre de 2011

La aventura del principe Guillermo

Alex y Pablete vienen hoy con una de sus historias. Les dejo la palabra.

En un mundo lejos, lejos de aquí existía un reino donde vivía una reina con su hijo un príncipe rubio de ojos verdes que tenía ocho años. Un día llegó a ese reino un señor a caballo que contó como en la torre que había tras la montaña que se veía desde el poblado existía una princesa guerrera que estaba buscando un compañero para ir a rescatar al reino de los globos de colores del malvado dragón de las uñas afiladas. Al enterarse, el príncipe Guillermo quiso ir a buscar a la princesa guerrera para luchar junto a ella contra el dragón. Cuando se lo dijo a su madre la reina esta le dijo que era demasiado pequeño para esa aventura. El se fue esa noche a su cuarto muy enfadado y tramó un plan para escaparse. Saltó por la ventana hasta una colchoneta donde a él le encantaba saltar. Desde allí se fue despacito y con cuidado de que no lo vieran hasta el lugar donde le esperaba su caballo Portugués. Cabalgando, cabalgando se alejó del poblado y después de toda una noche donde solo paró un rato a descansar llegó al poblado donde todo el mundo hablaba de la princesa guerrera. Cuando el príncipe Guillermo vio a la princesa que era una niña como ella se sorprendió porque el pensaba que sería una princesa más mayor. La princesa se tenía dos largas trenzas negras y los ojos muy azules se llamaba Macarena y tenía siete años y medio. Ella cuando Guillermo le contó su aventura se sorprendió porque no pensaba que un niño pudiera haber hecho todo ese camino solo. Ella le contó que su padre tampoco la dejaba ir y le dijo que era muy importante que fueran porque solo los niños y las niñas como ellos eran capaz de saber la importancia de los globos solo ellos sabían lo mucho que alegraba una fiesta o lo divertida que podía ser una tarde si se tenía uno. Trazaron un plan para que la princesa se pudiera escapar como el había hecho. Lo lograron y esa noche ambos cabalgaron hasta el poblado donde el dragón tenía asustados a todas las personas que fabricaban los globos del mundo entero.
Una vez allí los niños preguntaron a las personas del pueblo como podían derrotar al dragón y estos le dijeron que la única manera era dormirlo y cortarle las uñas. Los niños inventaron un cuento largo y varios un poco más cortitos además de dos nanas para que el dragón se quedara dormido. Esa noche se acercaron a la cueva donde vivía el dragón y desde un lugar escondido le contaron los cuentos con los que consiguieron que se durmiera. Así se acercaron despacito, despacito y le cortaron con mucho cuidadito las uñas. Así consiguieron salvar al poblado de los globos de colores y a todos los globos del mundo. Demostrando que no hay que ser grande para hacer grandes cosas.