lunes, 18 de noviembre de 2013

Tina Tierra y Braulio Min

Alex y Pablete vienen hoy con un cuento muy especial, para alguien que según me cuentan acaban de conocer, pero a la que ya quieren mucho.

La niña de este cuento es una niña que tiene 10 años, tiene el pelo negro y los ojos marrones, sus orejas son pequeñas del tamaño de un pestiño y cuando se ríe se le llena la cara de risa y los dientes le brillan como en los anuncios de pasta de dientes. La niña de este cuento es alta para su edad y delgadita, le encanta hacer el tonto porque sabe que la gente se ríe y le gusta oir reír. La niña de este cuento se llama Tina Tierra y hace un tiempo vivió una aventura que la convirtió en alguien muy especial.

Tina era una niña normal, iba al cole, jugaba con sus amigos y le gustaba beber refrescos y contarle cosas a sus amigas. Tina veía películas, leía cuentos y hacía rompecabezas de muchas piezas que después desarmaba para poder volver a hacer. Un día Tina estaba jugando en el jardín de su casa cuando escuchó un golpe fuerte justo detrás de sí. Se giró asustada y al volverse vio algo que nadie creería. Tina se encontró con un pony volador al que se le había roto un ala. 
-¿Qué ha pasado? - dijo muy asustada.
-Pues que me he encontrado de frente con una bandada de gaviotas y las muy brutas me han herido. 
-¿Pero estás hablando?
-Claro, para eso me has preguntado ¿No?
Tina estaba muy asombrada por lo que estaba pasando y dio un par de pasos hacia atrás.
-Ayúdame, por favor, no te asustes, solo soy un pony. Necesito curar este ala o no llegaré al cumpleaños de mi amigo el gremlin chillón.
-¿Qué hablas?
-Anda, si me ayudas te llevaré al cumpleaños conmigo y lo entenderás todo.
Tina no estaba muy segura, pero le gustaban los cumple porque había tartas y regalos  así que aceptó.
Corrió a casa para coger un bote de miel y el tarro de azúcar que el pony le había pedido y volvió al jardín. Untó la miel y esparció el azúcar por el ala, como el pony le había dicho. Después le dio un beso en el hocico y mágicamente su ala se curó.
Braulio Min, que así se llamaba el pony muy agradecido montó a Tina en su lomo y la llevó volando. Llegó al cumpleaños y Tina conoció el mundo mágico de los ponys y los gremlins en el que por agradecimiento la nombraron princesa de las meriendas y condesa de las aceitunas. 

Colorín colorado es te cuento se ha esfumado... Y no olvidéis que si algunas vez aparece un pony volador herido en vuestra casa el mejor remedio es la miel, el azúcar y un beso con mucho amor. 

lunes, 28 de octubre de 2013

Con A

Tiene el pelo tan rubio, tan fino y tan liso que al correr y saltar se mueve con el viento en bloque, me gusta pensar que en eso se parece a mí. Tiene la boca pequeña, pero al sonreír se le multiplica por mil, pero el problema de esa boca es cuando habla, porque a veces llega tan profundo al corazón que duele, de la emoción. La mirada la tiene oscura y profunda, llena de bondad... Y es que es tan bueno. Corre, porque sabe todo lo que tiene que descubrir y es tan curioso que no puede contener sus ganas. Su mundo es inmenso y el apenas llega al metro veinte, por eso a veces me pregunto donde guarda su inmenso corazón.  Quisiera tenerlo siempre conmigo, no solo en mi corazón... Rey del mundo de los cuentos, no crezcas nunca, o al menos no dejes que me pierda la satisfacción de ver que aún puedes ser más grande de lo que ya eres.

Gustos

Me gustan los corazones abiertos, las gentes pensantes y las mentes cerradas cuando brillan por su ausencia.  Me gustan quienes quieren a los suyos quienes aman la vida y comparten para multiplicarse la felicidad. Me gustan las risas, las carcajadas y las medias sonrisas que acompañan miradas entre signos claros de atracción. Me gusta el silencio y la música a todo volumen, me gustan las canciones, la tranquilidad y la sensación en el estómago que te dan los nervios. Me gusta la alegría y no me gusta nada, pero nada la soledad. El chocolate es un arma y la bondad una estrategia mi punto flaco las cosquillas y mi meta como mi camino la felicidad. Me gusta la vida sonriente, me gustan las pinturas de dedos, la plastilina y sentirme una niña al curiosear... Pero si de verdad hay algo que me guste es ver que los miedos desaparecen y se multiplica la amistad.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Crecer

Crecer es a veces aprender a no tener miedos, cargarse de nuevas responsabilidades, ser tú misma. Por eso cuando te abandona la inmortalidad, ese sentimiento que te hace ser tan fuerte y tan tú que todo el mundo te recuerde en la eternidad; te sientes tan pequeña... No me abandones, porque aún no me ha dado tiempo a crecer, porque esa espina que se clavó un día aparece a veces y me hace minúscula. Me gustaría sobreponerme, sacarme la espina, pero ¿Quién me asegura que no volverá? Quiero lo imposible, porque me dijeron que todo es posible aunque no lo creas. Pero... los sueños de cariño no pueden ser airados... ¿Es cobarde el miedo a la soledad?  La valentía no es la ausencia de miedo... si no el pensar que el miedo puede ser más grande que nosotros mismos. Crecer, en crecer está la clave, en soñar por encima de nuestros miedos, en sentir por encima del corazón, en pensar, en creer... En vivir.

lunes, 21 de octubre de 2013

El cuento de la ratita que aprendió a vencer sus miedos

Alex y Pablete me han contado una pequeña historia hoy antes de irse a jugar y con su permiso hoy se la dedico a mis ALAs  esta semana no ha habido ni cuentos ni canciones ni globos.

Había una vez una ratita pequeña que solía ir corriendo  y soñando por el mundo. Todo le parecía bueno, todo el parecía bien. Un día la ratita se encontró con unas gatas malas que le hicieron pupa en el corazón. La ratita nunca volvió a ser la misma, pues aunque cantaba, soñaba, correteaba y reía no se fiaba de otras ratitas ni gatitas y le daba miedo cantar, soñar y hablar cuando se encontraba con ratitas desconocidas. Poquito a poco los años pasaron y la ratita se hizo grande; tan grande que tuvo que cambiar de colegio y hacer nuevas amigas. A la ratita le daba mucho miedo tener que ir al cole nuevo sola, sin conocer a nadie, pero tenía que ir y se armó de valor, se puso su lazo de la suerte en la cola y su collar en el que llevaba escrito el nombre de sus tres ángeles. El día que conoció a sus nuevas amigas disfrutó tanto que perdió sus miedos y aunque a veces la ratita pensaba que estaba un poco sola porque sus amigas no siempre estaban con ella, perdió poquito a poco su miedo y la ratita nunca más tuvo miedo.

domingo, 20 de octubre de 2013

Mi nueva vida.

Hola. ¿Cuanto hace que no te escribo? Al menos una eternidad, pero sabes que te pienso, a diario... A veces creo que hablo más contigo ahora que antes... pero ahora es mucho más fácil sentirte tan dentro... Me gustaría más si te tuviese fuera, pero bueno... ya sabes..."porque estabas viva..."
Estoy creciendo, y te lo quería contar... No, aún no he dado ese estirón que me falta... ya lo da mi rey por los dos, pero crezco por dentro. Mi nuevo universo es maravilloso, porque integra el de siempre y a la vez me aporta vida. Me encanta todo lo que estoy viviendo, toda esta nueva vida que en su momento me aterrorizaba. Ya el primer día que estuve aquí te lo dije, sentí que había encontrado mi sitio, pero ahora no es un sitio, ahora son caras, con nombres y apellidos, pero sobretodo con personalidad y corazón... Y menudos corazones me estoy cruzando. Ando pletórica porque por mucho que me contasen como podría ser jamás imagine que sería tanto. Estoy aprendiendo a conocer, a no juzgar, a vivir, a no temer, a soñar por encima de los sueños, a reír... Adoro esto, adoro mi nueva vida, adoro lo que estoy conociendo y a quienes estoy conociendo. Adoro la oportunidad de ser que recibo cada mañana y adoro cada momento de reír que estoy viviendo.

¿Qué más puedo decir? GRACIAS A LA VIDA

Y no creas que lo olvido: SEGUIRÉ CANTANDO, SEGUIRÉ SOÑANDO, SEGUIRÉ RIENDO, SEGUIRÉ VIVIENDO.

jueves, 17 de octubre de 2013

secretos del cielo.

Los treboles sienten en sus tres hojas a veces un boquete que se refuerza con las ganas inmensas que el sol les da de vivir. La luna tiene los ojos claritos y la boca pequeña, por eso cuando canta nadie la oye, porque de sus labios apenas sale un susurro... El sol sin embargo tiene una boca tan grande que podría comerse todas las estrellas del cielo... Sí todas esas que tienes que contar para saber cuanto te quiero... Y los corazones de las hadas, que llevan en mochilas porque no les caben en el pecho, brillan tanto y dan tanto calor que a veces las hadas se esconden tras ellos para no sentir el frío que da sentirse cerca de la soledad y no querer plantarle cara a los miedos.

martes, 8 de octubre de 2013

sentimientos.

Pasiones inéditas entre almohadones de sueños escondidos. Pared con pared y tan lejos... ojalá la distancia nos acerque. Lo que no sabes es que quisiera comerte. Dormir pecho con pecho sentarnos a arreglar el mundo. Un cigarro por cada vez que me sonrías. Y a veces te mataría, cuando te quejas... Quisiera comerte a besos y me conformo con dos palabras... Muerte al conformismo que cansa. Quisiera abrirte los ojos, gritarte al oido... Mundo, despierta. Un cigarro por cada vez que me miras. ¿Qué tienes? Quien sabe... Pero me encanta.

miércoles, 2 de octubre de 2013

amar en demasía

Poner barreras al amor, cuando se ama; es como despertar cuando se sueña, pero duele más.  A veces los corazones se encuentran y se quieren unir pero se despegan a veces la vida es injusta y el amor es siempre particular. Yo quiero quererte a veces y otras no lo consigo lograr.  Yo quiero que me quieras mucho y ser capaz de quererte aún más.  Que el demasiado nunca es suficiente cuando se trata de sentirse y amar

domingo, 18 de agosto de 2013

Encuentros

Ese dicho: se ha juntado el hambre con las ganas de comer... Los rizos y el pelo liso, el atlántico y el mediterráneo,  la paella y el cazón en adobo. Genial, debes saber que es genial, verte, sentirte, escucharte, aprenderte... sentirme identificada con alguien que en muchos aspectos es tan distinta. Ha sido fantástico aportas tanto, aportáis tanto... cuando encuentras gente así, como tú solo hay una frase: GRACIAS A LA VIDA y gracias a ti. Ojalá se repita pronto, muy pronto

martes, 13 de agosto de 2013

Cuestión de pisar los charcos

-Señorita se ahoga usted en los charcos, esos que intenta saltar, esos que intenta hacer creer que no le mojan...
-Lo sé.
-¿Su solución?
-...
-¿Aprender a nadar?
-No es el remedio aprender a convivir con el problema
-Y si lo sabe... ¿Por qué narices lo intenta?
-Porque todo es posible...
-Frase de...
-Charcos, lagunas querrá decir.
-Aún así no son océanos, ni usted pez.
-¿Que propone?
-Pisar fuerte y comprarse botas de agua. Verá usted que son solo charcos.
-¿Y si aún así me mojo los pies?
-Quítese las botas, seque los calcetines y busque otra solución.
-¿Problema? Solución.
-Frase de sol.

lunes, 5 de agosto de 2013

cuestión de priorizar

Salia sin peinar la mitad de las veces,  toda llena de enredos, la otra mitad recogía su larga cabellera en una cola alta llena de imperfecciones.  Si alguien comentaba algo solía contestar que estaba demasiado ocupada para dedicar su tiempo a una maraña de pelos que algún día acabaría por rapar. Tenia los ojos cansados de leer papeles y solo se le calmaba ese cansancio con una buena novela que contase suficientes mentiras como para olvidar que se podía decir la verdad.  Estaba ocupada en crecer intentando no superar ese metro ochenta y cinco que tanto echaba para atrás a los chicos que conocía; por suerte solo un diez por ciento de ellos podía merecer la pena. Peto a él se lo encontró de frente una mañana mientras compraba chicles en el kiosco situado en la esquina de casa. Él no tenía pelos para llevar despeinado pero lucía la camisa sin planchar. Ella se fijó y él dijo que estaba demasiado ocupado para planchar un trozo de tela que algún día se rompería. Él tenía la vista cansada de tanto dibujar y meses después descubrió que solo se le pasaba haciendo retratos de ella. El se acostumbró a llevar camisetas y ella rapó su melena. Porque una vez que se conocieron solo quisieron tener tiempo para amarse y crecer

martes, 9 de julio de 2013

Como unir palabras sin sentido alguno

¿Qué pasaría si una vez los relojes decidiesen ir a contrarreloj? Que la vida tomase sus propias riendas, que las decisiones fuesen mías y de nadie más. ¿Qué pasaría? Cantando por las aceras al asfalto derretido de un mundo descolorido que hay que volver a pintar. Bailando bajo la lluvia de una ducha sin presión que gotea si la cierras y provoca una inundación en la bañera de un mar desierto que coloreado de tonos arena. Por el que va correteando y vuela como las liebres en los prados un duende desnudo perdido en la multitud. Y pasan los años atravesados y chocan las horas con un muro de hormigón. Y ahora el cielo es violeta, las hormigas son poetas, se ha quedado mudo el jilguero y el chocolate sabrá por siempre a jamón. Una copa de vino tiesa sobre un macetero repleto de fresas que adorna la ventana y el balcón. La niña se cayó de boca desde un segundo piso y escaleras arriba de tanto subir con la boca partida se hizo mujer, dos noches de hacer el amor para después caer rendida; e irse a dormir.

martes, 14 de mayo de 2013

Defectos y efectos

Presumo de indiferencia, pregono lo importante de aceptarse y lo inútil de dar importancia a lo que digan los demás. Caigo entonces en esa absurda hipocresía de quien intenta engañarse a sí mismo sin conseguirlo, dándome cuenta de que nunca llegaré a ese nivel de inteligencia en el que solo te influye la crítica constructiva. Y rompe entonces dentro de mí una tormenta impetuosa de auto-críticas que me insultan y conociendo mi puntos débiles me hacen daño. Mentirosa por egoísta, indecisa, confusa, infantil y por tanto inmadura, excesivamente soñadora, dependiente, cansina, charlatana aún queriendo parecer misteriosa, aires de importancia cuando me subo a unas pequeñas sandalias de tacón, nerviosa e inquieta. Me odio a ratos y recuerdo eso del amor propio y digo ¿Cómo me voy a amar? Veo sólo defectos y me digo pues a ellos, a ellos también habré de quererlos... Y me siento y respiro tan profundo que me llega el olor del mar y cierro los ojos y levanto la cabeza al sol y sonrío. Recuerdo que eso sí que no parece malo, que sé sonreír y quizás sea un triste conformismo, pero me consuela.

domingo, 28 de abril de 2013

Mi futuro hogar

Hola. ¿Qué tal andas por las alturas? Supongo que genial, allí no debe pasar nada malo... Lo único que se me ocurre... la soledad... Pero ¡Tú no estás sola!

Te quería contar que estoy muy, muy contenta porque ayer estuvimos viendo la que será mi casa del año que viene. Fue un flechazo, la vi y supe que podría hacer de ella mi hogar. ¿Sabes lo que dicen que sienten las novias cuando ven su vestido? Pues parecido, pero con una habitación, un edificio y una azotea. ¡Lo de la azotea fue increíble! Me encantó desde el principio, pero al subir y ver aquello, me di cuenta de que allí tenía que vivir yo. Estaba hecho para mí.

Pues eso. todos mis miedos (O casi) han desaparecido al ver que esa será mi casa que podré hacerla mi hogar. Me veo capaz de ello. Me encanta, de verdad.

Ya sabes. Seguiré cantando, seguiré soñando...

Te quiero.

sábado, 27 de abril de 2013

Ver mirar y aprender (Nagyneni)

Ver mirar y aprender. Ayer descubrí que a veces en el silencio se oye mucho más de lo que parece, aprendí que entre cantes se escucha sentir a los sentimientos (incluso si se canta desafinado). Vi amor en más de una mirada, me propuse observar y descubrí más de lo que habría imaginado. Mirar y aprender. Ver que la amistad es dar, dar y dar, porque dando recibes. Cada uno recoge lo que siembra, dicen, ayer vi que incluso recogiendo se puede sembrar.  Que una voz puede no ser nada cuando unas manos lo dicen todo, que el amor se basa en comprender, en mirar (Y hay que ver como la mira...) Ayer pude comprobar que incluso a las personas más fuertes se les pueden romper los esquemas (hacer cosas que prometieron jamás hacer puede ser  más sencillo de lo que parece e incluso acaba por gustar)  si se da con la forma adecuada. Que se puede demostrar la felicidad a base de lágrimas, brindar y brindar y brindar, no para pedir nada, sino para celebrar lo que se tiene. Tocar, mirar, sentir... Que las sorpresas pueden darse en el menor de los momentos(cajones, chocolate, palmas y corazones sabor fresa)  y es que la vida es siempre sorprendente. Que hay que ceder, que hay que soñar, pero que por encima de todas las cosas hay que disfrutar, reír y no tener miedo a la felicidad porque será entonces cuando no sepamos ser felices. Ayer aprendí a decir cosas que jamás escribiría, aprendí a apreciar lo mejor de quien se esconde, aprendí a observar y escuchar.  Un beso puede durar un segundo y ser más bonito que uno de diez. Ayer disfruté, se preveía (por la compañía). Pero también aprendí, aprendí a no ser tan idiota y no tener miedo, aunque a veces me coma la timidez (que sí, que existe). Ayer caí rendida, pero... Que me quiten lo bai.... lo aprendío!

martes, 23 de abril de 2013

Leer

Hace algo más de un año una persona me pidió que le escribiera un libro, una historia sólo para ella. Yo, que tengo ese defecto de no saber decir que no a quienes quiero, me embarqué en el proyecto. Fue un regalo de cumpleaños para ella y una forma de volar para mí. Recibí más de lo que di, como suele pasar con las cosas que se hacen con amor.
 Tanto me gustó el proyecto que, poco después de terminarlo, me embarqué en la segunda y la tercera parte, a la vez. En ello continuo. Esa misma persona sabe que el curso académico al que este año me enfrento es complicado y que el año que viene será muy importante. Conocedora de esto me dijo "Prométeme que el año que viene te centrarás en los estudios, que dejarás esto." Yo no se lo prometí, porque tengo por costumbre cumplir todo lo que prometo y sé que eso no lo puedo cumplir.

Esa misma noche abrí LA CAJA una caja de cartón rectangular y grande con dibujos musicales en la que comencé por guardar revistas y acabé por tener que tirar las revistas (sin demasiado valor) para que cupieran cuadernos y recuerdos. Puse cada uno de los cuadernos que conservo sobre mi cama e hice recuento. Dieciocho. Dieciocho son los cuadernos que conservo, desde los seis años, escritos por mí, recuerdo que hay al menos cuatro que no encontré y además la mayoría de lo que escribo está guardado en varios ordenadores o pendrives. No puedo prometer que dejaré de escribir el año que viene porque llevo toda mi vida haciéndolo, imaginando (soy de esas personas a las que les basta ponerse de puntillas para andar con la cabeza en las nubes)  y viviendo en un mundo paralelo que solamente yo alcanzo.

Mis padres me hicieron lectora, pero no sólo eso, sino que aprendí también a expresar lo que soy mediante palabras. Una letra se junta con otra y se encadena con varias más, cuando te das cuenta has formado un sentimiento. Leer es vivir, ganar tiempo y ganar vida. Leer es soñar, entrar en una vida ajena que te invade, poro a poro.
Nunca podré dejarlo porque soy aquello que siento y para sentir escribo. Por eso sé que no puedo prometerlo, nunca me centraré en una sola cosa porque siempre habrá mundo para imaginar. Ahí reside la magia de la lectura.

FELIZ DÍA DEL LIBRO.
Ceci.

miércoles, 27 de marzo de 2013

El corazón de la sirenita.

Hace no demasiado tiempo nació a las orillas del océano Atlantico una sirenita de ojos muy claros y tirabuzones rubios, su nombre era Pignoita. Pignoita tenía el don del mar, los ojos del color del agua y el cielo, el pelo con forma de ola y color de la arena. Pignoita era una sirenita alegre y cantarina que hacía sonreír a cualquier pececillo con el que se encontraba. La pequeña sirenita demostró muy pronto ser inteligente además de simpática y con mucha rapidez comenzó a hablar el idioma de las aguas pudiéndose comunicar con todos los seres del mar. Pignoita tenía además un secreto, un secreto que le daba toda su fuerza, si, Pignoita tenía el amor más grande del mundo en su posesión, el corazón de quien más la quería un ser que lo daría todo por hacerla un poco más feliz. Pignoita quería muchísimo a esa persona y guardaba muy bien su corazoncito dándole besitos y haciéndole cosquillas para que pudiera reír incluso cuando las cosas iban mal.  Un día un pez poco cuidadoso rompió aquel pequeño corazón que dejó de brillar. Pignoita al verlo se puso muy triste, pero después recordó que ella era la única que podía arreglarlo y sacó fuerzas de su pequeña cola de pez naranja para trabajar. Pignoita pegó poco a poco los trocitos del corazón y lo subió a la superficie para que le diera el sol. Cuando estuvo seco lo apretó fuerte contra su pecho, le dio muchos besos y le hizo cosquillas, poco a poco el corazón volvió a brillar. Pignoa había encontrado la fórmula de que el corazón nunca dejara de brillar.

sábado, 23 de marzo de 2013

Biografía de Rumores.


Nací bruja, muy bruja. Si no ¿Por qué mi casa era tan grande y mi piel tan blanca? Estaba claro que mis padres eran brujos y habían hecho una casa grande con su magia oscura. Se habían comido a los vecinos y habían destruido las casas de alrededor con un conjuro, por eso mi casa era tan grande. Yo había nacido hechicera también, por eso mi piel era blanca y mis ojos verdes,  mi pelo tan oscuro y yo tan delgada pero con una nariz grande, de bruja; por eso era tan FEA. Siempre lo decían en el colegio. Después dejé de ser bruja, pero entonces fue peor aún, porque, cuando llegué al instituto pasé a ser una GUARRA, sí, eso pasé a ser. Me lié con ocho tíos en una misma noche y no conocía a ninguno, con uno de ellos llegué a más, no fueron solo besos y además lo hicimos sin preservativos porque no teníamos. Después, cuando estaba en el último curso me lié con el profesor de alemán, sí con ese mismo profesor de cincuenta años, calvo casado y con cinco hijos, el mismo que pertenecía al OPUS DEI, sino ¿Cómo explicar mis continuos dieces en alemán?  El día de la graduación volvimos a liarnos, nos pilló su mujer y por eso pasé casi toda la noche hablando con esa señora alemana madre de los cinco hijos de mi profesor. Después empecé la universidad, entré en la carrera que quería porque mi padre tenía contactos en la universidad y alguien me subió la nota en la selectividad. En la carrera los trabajos los aprobaba porque había un profesor que me pasaba todos los trabajos hechos, de todas las asignaturas. Además, empecé a salir con la hija del decano, que tenía diez años más que yo y estaba casada con un profesor de la facultad, tenían un hijo de cuatro años y una hija de dos.  Empecé a trabajar de camarera en un bar de copas, yo no sabía poner copas, pero el dueño era primo de un vecino mío y me colocó, por eso al año siguiente era encargada. La beca Erasmus que me dieron cuando estaba en tercero para ir a Dublin un año no fue por méritos propios, sino porque mi tía trabajaba en la facultad de filosofía y letras. Cuando acabé la carrera pasé dos años trabajando con contratos basura, hasta que me contrataron, si lo hicieron tan pronto no fue porque mis notas en la carrera hubieran sido excelentes, hablara tres idiomas y hubiera ganado dos años de experiencia matándome por un suelo que no merecía tanto esfuerzo, sino porque mantuve una relación esporádica con el director del departamento de recursos humanos en la entrevista de trabajo. Tres años más tarde  comencé a salir con el jefe de la empresa y por eso me hicieron fija. Cuando cinco años después me casé con un chico que había conocido en Dublín y con el que había mantenido una relación seria desde entonces nadie lo creyó. Pero claro ¿Quién iba a hacerlo? Mi vida era tan interesante, contada de boca en boca que nadie pensaba que a los treinta fuera a casarme con la persona a la que amaba. 

lunes, 18 de febrero de 2013

la flor de su pelo

Después de días de echarla de menos salió a su encuentro y ante ella, en el silencio, alzó los brazos y miró al cielo. Toc...toc...toc..toc..toc. toc.toctoctoctoctoctoctoc comenzó a taconear y a bajar los brazos, cada vez más rápido, mirando al cielo, queriendo encontrar su mirada. Se dejó llevar por el sentimiento que la inundaba y el recuerdo hizo que de sus ojos comenzaran a caer lágrimas que mojaban la tierra.... taconeó y moviendo las manos giró sobre si misma llena de rabia al no encontrarla. Taconeó y bailó de tal forma que los que allí la contemplábamos a sus espaldas recordamos como el tiempo se paró. Y de repente se detuvieron los brazos, cesó el taconeo y con la fuerza que llevaba dentro se quitó la flor del pelo y la arrojó sobre la lápida con un beso.

jueves, 31 de enero de 2013

Observador.

Llegué a la playa de aquel inhóspito lugar,donde la arena era tan fina que se quedaba impregnada en la piel como un polvo dorado. El agua que me había llevado hasta allí se había calmado tras la tormenta y lucía brillante y transparente. Viendo que no tenía forma de salir de aquel lugar me decidí a investigar el espacio de que rodeaba. La playa se veía rodeada por un frondoso bosque de plantas exóticas que jamás podría haber siquiera imaginado ver. Más de un millón de tonalidades diferentes de verde me rodeaban acompañados de colores naranjas y rosáceos que reinaban en las flores de grandes pétalos. Se podía oir el murmullo de aves que no alcanzaba a vislumbrar y pude observar mamíferos parecidos a las ardillas pero que sin duda no eran ardillas comunes. Su pelaje era de un tono anaranjado y sus ojos completamente azules, tenían una cola corta y las patas traseras muy largas, lo que les permitía avanzar dando grandes saltos. Despistado por la magia del paisaje caí en un profundo boquete en el que quedé atrapado. Las paredes, demasiado lisas, hacían inutil el intento de escalar. Intenté de todas las formas que se me ocurrieron salir de aquel lugar y cuando me disponía a intentar romper las paredes para crear huecos por los que poder escalar una cuerda calló sobre mi cabeza. Miré hacia arriba pero no vi nada. Tiré de la cuerda y tras cercionarme de que estaba bien sujeta comencé a subir. Llegué desde arriba viéndome librado de mi prisión y al levantar la vista del suelo pude ver unos pies pequeños claramente de mujer. Fui subiendo con la mirada para ver unas piernas suaves y firmes que subían como rascacielos para esconder sus muslos en un vestido blanco. Las caderas se intuían cómo dibujadas con pincel. Unos pechos redondos y pequeños que se veían aumentados por la postura con la que la misteriosa chica tenía cogida la cuerda y unos brazos largos con manos de dedos finos. Al ver que yo estaba ya arriba soltó la cuerda y levantó la cabeza dejando al descubierto poco a poco la cara que se había mantenido escondida tras su melena cobriza. Un cuello esbelto, una barbilla fina y poco marcada, unos labios rosáceos y una boca pequeña con una sonrisa sincera. La nariz, como su tez, morena y pequeña. Y por último, bajo su amplia frente un enorme y resplandeciente ojo color verde que reinaba en su cara.

miércoles, 23 de enero de 2013

Seguiré cantando.

A pesar de defender que la vida depende de nuestras acciones y decir que nada está escrito hay algo que me lleva a pensar que quizás si que existe el destinos, que las cosas siempre pasan por alguna razón o que el universo decide por nosotros algunas cosas. Sabes que no me gusta que me escuchen, que me dan vergüenza los comentarios y miedo los insultos, sabes que estos días me ha costado, aunque no vayan con mala intención. Sin embargo me viene a la mente esa frase que tanto me decías, cada vez que se me ocurre intentar hundirme. "Tú nunca dejes de cantar, nunca, nunca porque a mí me encanta" Puede que lleve días sin pensar en ello, semanas o meses, puede que esté centrada en los estudios o lleve tiempo incluso sin escuchar música, pero es sentirme mal y esa frase aparece junto a tu sonrisa por mi mente, siento el tacto de tus manos y un beso. Tranquila ya te lo dije: "Seguiré cantando Seguiré soñando como siempre me pedías seguiré riendo seguiré viviendo porque tu fuerza hoy se unió a la mía"

jueves, 3 de enero de 2013

Propositos de año, propositos de vida.

Que si ayer reí mil veces hoy sean mil una, que si ayer lloré una vez hoy no llore ninguna. Que la vida me ponga un barranco y no me de miedo saltar, que la vida me ponga una prueba y me de tiempo a pensar. No llorar por amor, no llorar por miedo, no llorar por rabia, llorar cuando me duela el dolor. Darlo todo en un beso, sentir los abrazos y dejarme llevar por las ganas de abrazar. Amar la vida, quererme un poco a mí, tomar el sol aunque nieve, no perder nunca los motivos para sonreír. Soñar despierta, mantener los pies en la tierra y aprender a volar. Crecer poco a poco y no cargarme de una innecesaria responsabilidad. No crear problemas de los imprevistos luchar contra viento y marea por hacer ver que vivo. Encontrar mil mentiras para tener ganas de vivir, veinte besos de buenas noches y el amor gastado de tanto usar.