lunes, 18 de noviembre de 2013

Tina Tierra y Braulio Min

Alex y Pablete vienen hoy con un cuento muy especial, para alguien que según me cuentan acaban de conocer, pero a la que ya quieren mucho.

La niña de este cuento es una niña que tiene 10 años, tiene el pelo negro y los ojos marrones, sus orejas son pequeñas del tamaño de un pestiño y cuando se ríe se le llena la cara de risa y los dientes le brillan como en los anuncios de pasta de dientes. La niña de este cuento es alta para su edad y delgadita, le encanta hacer el tonto porque sabe que la gente se ríe y le gusta oir reír. La niña de este cuento se llama Tina Tierra y hace un tiempo vivió una aventura que la convirtió en alguien muy especial.

Tina era una niña normal, iba al cole, jugaba con sus amigos y le gustaba beber refrescos y contarle cosas a sus amigas. Tina veía películas, leía cuentos y hacía rompecabezas de muchas piezas que después desarmaba para poder volver a hacer. Un día Tina estaba jugando en el jardín de su casa cuando escuchó un golpe fuerte justo detrás de sí. Se giró asustada y al volverse vio algo que nadie creería. Tina se encontró con un pony volador al que se le había roto un ala. 
-¿Qué ha pasado? - dijo muy asustada.
-Pues que me he encontrado de frente con una bandada de gaviotas y las muy brutas me han herido. 
-¿Pero estás hablando?
-Claro, para eso me has preguntado ¿No?
Tina estaba muy asombrada por lo que estaba pasando y dio un par de pasos hacia atrás.
-Ayúdame, por favor, no te asustes, solo soy un pony. Necesito curar este ala o no llegaré al cumpleaños de mi amigo el gremlin chillón.
-¿Qué hablas?
-Anda, si me ayudas te llevaré al cumpleaños conmigo y lo entenderás todo.
Tina no estaba muy segura, pero le gustaban los cumple porque había tartas y regalos  así que aceptó.
Corrió a casa para coger un bote de miel y el tarro de azúcar que el pony le había pedido y volvió al jardín. Untó la miel y esparció el azúcar por el ala, como el pony le había dicho. Después le dio un beso en el hocico y mágicamente su ala se curó.
Braulio Min, que así se llamaba el pony muy agradecido montó a Tina en su lomo y la llevó volando. Llegó al cumpleaños y Tina conoció el mundo mágico de los ponys y los gremlins en el que por agradecimiento la nombraron princesa de las meriendas y condesa de las aceitunas. 

Colorín colorado es te cuento se ha esfumado... Y no olvidéis que si algunas vez aparece un pony volador herido en vuestra casa el mejor remedio es la miel, el azúcar y un beso con mucho amor.