Hoy, quiero hablar de uno de los reyes de mi vida. El rey de mi vida tiene el pelo castaño clarito y un flequillo de esos que llevan ahora todos los niños. El rey de mi vida tiene los ojos color praliné con una dulzura y una profundidad que no se pueden medir. El rey de mi vida, tiene la sonrisa más grande del mundo y llena los corazones de la gente cada vez que sonrie. El rey de mi vida es todo corazón. El rey de mi vida es alegría allá donde va. El rey de mi vida está ahí cuando estoy mal, aunque yo no quiera que esté, porque nunca, nunca me deja sola. El rey de mi vida está ahí desde siempre y es tal su grandeza que cuando no está físicamente está en pensamiento y corazón. El rey de mi vida es compañero de aventuras y dueño de todas mis historias. Alex y Pablete comenzaron a contarle sus cuentos a él. El rey de mi vida tiene trece años que se han pasado volando. El rey de mi vida es lo más grande que tengo. El rey de mi vida convierte lo malo en bueno y lo bueno en mejor. Al rey de mi vida decirle que no hay nada en el mundo para agradecerte todo y no hay universo donde quepa lo mucho que te quiero.
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