domingo, 27 de junio de 2010

La recepcionista de pasitos cortos.

Cuando llegué a mi nuevo trabajo y la vi, me enamoré perdidamente de ella. tenía el pelo oscuro, por los hombros y ondulado, pero sobretodo tenía el pelo brillante. Sus ojos eran dos luceros negros y luminosos, y su voz.... ¿Qué decir de su voz? si no que era la más bonita que nunca he escuchado. Era preciosa lista simpática... ¿Era real? Lo que más más me gustaba de ella, de verdad, lo que me enamoró de ella, era su forma de andar, sus pasitos cortos y silenciosos, obligados por la falda de tubo del uniforme. ¿Qué iba a hacer yo? si era ten normalito... Un día ella me dijo ¿Vamos a tomar algo cuando terminemos? Desde ese momento, salimos juntos, desde esa noche, la recepcionista de pasitos cortos, no solo es la parte más importante de mi corazón, si no también el eje de mi vida.

miércoles, 9 de junio de 2010

Carta a una música a medio apagar

Supongo, que hasta aquí hemos llegado. Me duele dejarte, Pero, ¿Qúe hacer? Esto está acabando conmigo, con mi sueño, con lo que soy yo. Me está matando aunque no lo quiera admitir. Intento ser fuerte, reirme, fingir, pero, cuando estoy sola, tu estás dentro de mi y no tengo nadie ante quién fingir, lloro, lloro, me hundo y no puedo más.

¿Qué pasa? Con la fuerza que me dabas con una canción. No me la quites, que me mata este silencio. ¿Por qué me mata? No tenerte. Por un lado, no quiero seguir y por otro si no sigo me muero.

Querida vida mía. Querida música mía cántame que debo hacer, que si no sigo me muero y me mata seguir.