sábado, 29 de enero de 2011

Pon una Clodia en tu vida

Hoy, quiero hablar de ella, esa nueva compañera, amiga, que llegó al final del pasado año para cambiarlo todo. Recuerdo que cuando la vi, pensé: “Otra niñata superficial que pasa de todo y se cree la mejor”. Quizás, porque me he chocado con tantas así que algunas veces las confundo, pero esta vez, me equivoqué, aunque lo descubrí un tiempo después. Ella tenía los ojos oscuros, como la noche, y es que la noche estaba dentro de su ser, no creo que hubiera nada mejor que salir de fiesta para ella, eso, y comer dulces. También tenía el pelo marrón, como el chocolate y la coca-cola, ella, preferiría el chocolate, porque para su gusto, la coca-cola “picaba”. Lo último que describiré de su boca, es que era grande, grande y brillante, sobretodo porque la tenía llena de risa, una risa nerviosa, ruidosa y verdadera. Era guapa, había que admitirlo, guapa y aunque algunos lo vean incompatible, inteligente. Aunque lo mejor de Ella, era su forma de ser, por que era extrovertida, alegre, simpatica, porque sabía querer a los demás y sabía quererse. Ella era una chica de armas tomar, soñadora, atrevida. con ella aprendí a valorar cosas de mi que desconocía, aprendí a quererme aún más y a hacer las cosas porque yo quería sin importar lo que dijeran los demás. Y es que, imagínense a donde llegaba esa imaginación y esa originalidad que un día, así, sin saber porqué, me dijo el piropo más original que nunca me han dicho: “Eres como Vicky el vikingo, siempre tienes ideas brillantes” Por eso y por que la quiero muchísimo le dedico esto que cierro con una frase para nosotras un tanto especial, solo digo: “¡Sonríe preciosa….!

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