jueves, 16 de octubre de 2014

Lunas de chocolate

Se querían, se querían sin haberlo podido impedir, porque si ella era una caprichosa consentida, el era un amante paciente. Se  querían por todas las veces que ella estaba guerrera y le apetecía buscarle las cosquillas, hasta de futbol podía discutir sin tener ni idea.... solo por los besos de después, y del durante. Si alguien le hubiese dicho que cuanto mas niña fuese más tierno era él, nunca le habría mostrado la mujer que era sino a la niña que llevaba dentro. Pero claro, la mujer también tenía su papel en el juego y cuanto mas mujer era ella más salvaje era el. Se querían porque cuando las cosas se ponen dificiles acabas por quererte más, por quererte por narices. Por la nariz de él que a ella la traía loca.
También se querían por esa conexión mental que existe algunas veces entre las personas, por cuando pensaban lo mismo en el mismo momento. Se querían porque a ella le encantaba ser una princesa que comía ensaladas y a él ser el rey de la comida basura; pero hasta ahí habían logrado el equilibrio.  Se querían porque una tarde perfecta podía ser chocolate a cucharadas...Y,   porque por muy lejos que estuvieran ambos miraban la misma luna.

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