martes, 23 de abril de 2013

Leer

Hace algo más de un año una persona me pidió que le escribiera un libro, una historia sólo para ella. Yo, que tengo ese defecto de no saber decir que no a quienes quiero, me embarqué en el proyecto. Fue un regalo de cumpleaños para ella y una forma de volar para mí. Recibí más de lo que di, como suele pasar con las cosas que se hacen con amor.
 Tanto me gustó el proyecto que, poco después de terminarlo, me embarqué en la segunda y la tercera parte, a la vez. En ello continuo. Esa misma persona sabe que el curso académico al que este año me enfrento es complicado y que el año que viene será muy importante. Conocedora de esto me dijo "Prométeme que el año que viene te centrarás en los estudios, que dejarás esto." Yo no se lo prometí, porque tengo por costumbre cumplir todo lo que prometo y sé que eso no lo puedo cumplir.

Esa misma noche abrí LA CAJA una caja de cartón rectangular y grande con dibujos musicales en la que comencé por guardar revistas y acabé por tener que tirar las revistas (sin demasiado valor) para que cupieran cuadernos y recuerdos. Puse cada uno de los cuadernos que conservo sobre mi cama e hice recuento. Dieciocho. Dieciocho son los cuadernos que conservo, desde los seis años, escritos por mí, recuerdo que hay al menos cuatro que no encontré y además la mayoría de lo que escribo está guardado en varios ordenadores o pendrives. No puedo prometer que dejaré de escribir el año que viene porque llevo toda mi vida haciéndolo, imaginando (soy de esas personas a las que les basta ponerse de puntillas para andar con la cabeza en las nubes)  y viviendo en un mundo paralelo que solamente yo alcanzo.

Mis padres me hicieron lectora, pero no sólo eso, sino que aprendí también a expresar lo que soy mediante palabras. Una letra se junta con otra y se encadena con varias más, cuando te das cuenta has formado un sentimiento. Leer es vivir, ganar tiempo y ganar vida. Leer es soñar, entrar en una vida ajena que te invade, poro a poro.
Nunca podré dejarlo porque soy aquello que siento y para sentir escribo. Por eso sé que no puedo prometerlo, nunca me centraré en una sola cosa porque siempre habrá mundo para imaginar. Ahí reside la magia de la lectura.

FELIZ DÍA DEL LIBRO.
Ceci.

1 comentario:

Marieta Cantos Casenave dijo...
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