El Lobo, tras dejar que caperucita contemplase hasta saciarse la maravilla que mostraba la cueva, le indicó con un gesto que se acercase a la roca enorme en la que la Loba de pelo cobrizo en el que Caperucita se había convertido, se veía reflejada. Fue entonces cuando Caperucita vio la verdadera maravilla de esa cueva. Reflejada en esa roca, vio como un halo de color la rodeaba... son sentimientos, son tus propios sentimientos... le dijo el Lobo a la lobita asombrada. Caperucita vio como el Lobo también tenía un halo de color si miraba su reflejo en la roca. El halo que cubría al Lobo era inmenso, tan grande que toda la superficie de la roca era color. ¿Era el corazón del Lobo? Ella estaba segura de que el Lobo tenía un corazón enorme, lo había comprobado en muchas de sus acciones, pero... ¿Podía ese halo reflejarse? Los colores oscuros simbolizan dolor... ¿Tanto dolor? ¿Tanta alegría a su vez? El Lobo corrigió sus dudas. Desde cachorro, absorbo los sentimientos ajenos y este espejo, refleja no solo mis propios sentimientos, sino también los de todos aquellos seres que se han cruzado en mi camino.
El tono rojo más cercano a mi lomo, es el amor recibido Caperucita.
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