miércoles, 18 de marzo de 2015

La leyenda de Caperucita. Secuelas de perderseV (fin)

Caperucita y el Lobo vivieron su historia, eso nadie lo puede negar. Cada uno había encontrado su lugar al lado del otro, podían vivir solos, pero todo era mejor cuando estaban juntos. Tuvieron sus problemillas, mil veces pensó Caperucita que enamorarse del Lobo era la mayor locura que había cometido en su vida y hasta un tiempo después no fue capaz de aceptar que prefería volverse loca y amar con locura que estar cuerda… porque su Lobo era libre y las cuerdas atan. Mil veces pensó Caperucita que el Lobo no la podría amar nunca como ella lo amaba a Él, porque ella  tenía el corazón de la chica de falda y tacones que un día había sido, y el Lobo era Lobo de corazón también.
Sin embargo, también fueron mil veces las que el Lobo le demostró su amor, un amor más salvaje, más natural y más puro que el que cualquier humano podría mostrarle a Caperucita. Él era el Lobo alfa de la madriguera y sin embargo a su lado se volvía cachorro. Ella se sentía completamente protegida a su lado. Caperucita y el Lobo se complementaban, porque siempre estuvieron buscándose.  
Lucharon  juntos por esa relación en la que creían, los hombres seguían buscando a Caperucita… y ellos se adentraban cada vez más en la profundidad del bosque. Se amaban.

Cada noche, el Lobo subía a lo alto del monte y aullaba a la luna… dando gracias por tener a Caperucita. Los hombres temían ese aullido y la lobita cobriza solo podía dormirse cuando lo escuchaba desde su rincón en la madriguera.  

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